jueves, 11 de abril de 2013

¿Se puede ser maestro antes de ser maestro?

Desde hace unos días me vengo haciendo una pregunta que actualmente, teniendo en cuenta los resultados, está a la orden del día: ¿Se puede ser maestro antes de ser maestro?
Mi respuesta es Sí y No. Es decir, actualmente y por desgracia hay maestros que de la manera que "enseñan" podrían serlos sin haber hecho la carrera, pero en mi opinión eso no es ser "maestro", aunque pase ocho horas al dia, de lunes a viernes, en un aula.
Por el contrario, también pienso que para ser un buen maestro no se puede serlo antes de haber estado cuatro años formándose, cierto es que nosotros en este momento estamos recibiendo una formación universitaria teórica que sí creemos que es totalmente necesaria, pero aún así incompleta. En la Facultad, sólo se adquiere lo que se conoce como las “sombras de los conocimientos” (SCHWAB). Lo ideal sería, que se complementaran las clases teóricas con la asistencia práctica a los colegios, es decir, que se compaginaran, al menos dos días en semana, las clases en la facultad y las prácticas en los colegios.
De este modo, al finalizar la carrera, adquiriríamos conocimientos, práctica y sabríamos desenvolvernos en el aula. No basta con adquirir pautas de cómo enseñar si no se ponen en práctica. No obstante esta formación inicial es vital y necesaria.
Debemos hacer hincapié en que un maestro/a nunca termina de formarse ni practicar, ya que cada año se encuentran con un grupo de alumnos/as diferentes, donde tendrá que emplear otros métodos, forma de motivar, de captar su atención, etc, porque todo depende de esos niños/as.
Hay muchas lagunas en la formación del profesorado. Yo, como alumna de tal, a menudo escucho cosas como: "La carrera de Magisterio es para tontos" "Coloreas mucho en la carrera o qué" incluso a un profesor de facultad le llegué a escuchar decir a un alumno suyo de biologia "Para perder el tiempo te cambias a Magisterio"

La sociedad tiene una realidad equivocada de ser maestro o profesor y, en mi opinión, la culpa la tiene esos maestros que carecen de profesionalidad y dan una visión que no se ajusta con la de ser maestros.
Porque ser maestro no es llegar a un aula, leer algo que escribieron otros e irse a su casa sin pensar en lo que deberá explicar al día siguiente.

Ser maestro va mucho más allá y la realidad es que se aprende a serlo con la práctica a modo de ensayo y error.
Como bien dijo José M. Esteve, la enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.

El objetivo del maestro no es fácil. Alguien, alguna vez, elaboró los conocimientos del tema que explicas, como respuesta  a una preocupación vital. Alguien, sumido a la duda, inquieto por una nueva pregunta, elaboró los conocimientos del tema que mañana te toca explicar. Y ahora para que tus alumnos aprendan la respuesta, no tienes otro camino más que rescatar la pregunta original. No tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado la pregunta, por eso la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, hay que volver las miradas de nuestros alumnos al mundo que les rodea.
Cada día, antes de explicar un tema, me pregunto qué sentido tiene el que yo me ponga ante un grupo de alumnos para hablar de esos contenidos, qué les voy a aportar, qué espero conseguir. Y luego cómo enganchar lo que ellos saben, lo que han vivido, lo que les puede preocupar, con los nuevos contenidos que voy a introducir. Por último hay que lanzarse un reto y es, como expuso J.M.Esteve, divertirse explicando.

¿Existe un método para pensar qué hacemos en clase el próximo día?
 Todo ellos depende de la metodoñogía de cada maestro/a. El docente guiado por el método tradicional (libro) sabrá perfectamente qué actividad llevará a cabo y cómo se hará. Sin embargo, el docente que utiliza una metodología abierta y dinámica donde el alumnado es el protagonista, y por lo tanto participa de forma activa y cooperativa, sabrá que materia se dará, pero no cómo se hará. Esta segunda forma, bajo mi punto de vista, es más enriquecedora, no sólo porque provoca más interés y ayuda a los alumnos a ser críticos, sino porque el maestro se expone a vencer o fracasar en cada clase y es a través de expiencias como más se aprende. Pienso que para ser maestro hay que ser valiente, innovar y tener muy claro querer embarcarse en la aventura de ser maestro.

Con todas estas palabrerías, no quiero transmitir otra cosa que ser un buen docente no es fácil y que ser maestro no es una profesión que se aprenda en tan sólo 4 años, aunque estos años son fundamentales y deben ser importantes en la formación, por lo que creo que ningún maestro podrá serlo sin haberse enfrentado a esas pequeñas criaturas que dan sentido a esta bonita y compleja profesión.

"Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir" Unamuno.

1 comentario:

  1. Buen trabajo, Coral, y un esfuerzo de reflexión y de expresión muy digno. Estoy convencido de que son esos momentos de reflexión sobre lecturas y clases los que te van a formar como maestra. Enhorabuena.

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